¿Talento reemplazado por la computadora?
Por: Pablo Luna
Con el desarrollo tecnológico y la sofisticación de la animación utilizando personajes digitales, muchos se preguntan si los seres humanos serán reemplazados por la máquina. Para establecer qué sucederá, hay que comprender primero la historia de la automatización y las circunstancias en las cuales el ser humano puede ser sustituido.
Reseña acerca de la automática
HRP-1S, el primer robot humanoide que maneja otra maquina [Backhoe], por si solo. Es fabricado por Honda, y es una mejora al conocido ASIMO. |
Con el advenimiento de la máquina en tiempos de la revolución industrial, muchos puestos de trabajo fueron desplazados en virtud de la automatización. El resultado fue un desbalance entre la oferta y demanda en el mercado laboral que da pie al empeoramiento de las condiciones laborales y a la pobreza, así como la aplicación de economías de escala que permitían producción masiva a menor costo. De allí es que surgió la furia contra las máquinas (conocido como “rage against the machine”). Pero este fenómeno también desencadenó una crisis de poder adquisitivo y la monopolización de los mercados en los EUA que tuvo su punto culminante en 1929 con la Gran Depresión. De allí en adelante, las políticas económicas se orientaron hacia la prevención de dichas condiciones, mediante un modelo orientado al mercado interno que ha probado ser muy exitoso. Mientras tanto, muchos economistas con ideas de la revolución industrial, no aprendieron la lección y vieron en la exportación la clave del desarrollo y asumieron una serie de supuestos teóricos para construir un modelo que no ha dado los resultados esperados.
Lo relevante en este caso es preguntarse ¿cómo pudo la máquina desplazar al trabajador? Las máquinas tienen la capacidad de efectuar tareas sencillas y repetitivas donde se requiere clasificar en categorías predeterminadas y calcular usando la matemática. Las máquinas también pueden efectuar trabajos que requieran fuerza física o gran volumen de producto o de información o que impliquen la conversión de energía.
Así las máquinas reemplazan al operario de una línea de ensamblaje de automóviles, al que clasifica las cartas en el correo, a los trabajadores que excavan zanjas, o al que recolecta el trigo. Todas esas labores son automatizables, son relativamente sencillas de reproducir mediante el uso de dispositivos. Con el invento de la computadora y el desarrollo de la inteligencia artificial, las labores de clasificación y cálculo que pueden ser realizadas por la máquina se vuelven más complejas. Asimismo, al volverse el hombre, un operador de la máquina, con el adecuado diseño de paneles de control o “display”, usando los resultados de las investigaciones psicológicas en la interrelación hombre máquina, se logra mejorar la eficiencia y desempeño del operador, lo cual conduce a la reducción de la cantidad de personas requeridas para operar una máquina. Este cambio fue patente en la industria aeronáutica, donde los aviones biplazas se convertían en monoplazas.
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Sin embargo, aún quedan las decisiones complejas, donde la solución no es unívoca, y quedan aquellas tareas orientadas a objetivos, a la creación, al pensamiento abstracto y a la interpretación semántica, donde las habilidades humanas no pueden ser emuladas aún, o donde el valor económico del resultado de la máquina es inferior al resultado de la labor de una persona.
Por ejemplo, aún las máquinas no pueden imitar el movimiento humano sin ser asistidas por seres humanos. Y ese también es el caso de las pinturas y obras artísticas hechas en forma manual. Un traductor aún no logra producir una transcripción fiel del texto en el lenguaje original. Los programas pueden procesar, pero no entender.
Con el tiempo, los patrones de la actividad humana van siendo medidos y se comienza a reducir al ser humano a un modelo que permite reproducir o mejorar el desempeño de las personas en ciertas áreas. Estos avances parecen sugerir al observador casual, que el mundo algún día será dominado por las máquinas.
Pero el asunto de la automatización no es tan sencillo. La automatización masiva de todas las áreas de conocimiento humano requiere de materias primas, recursos que son limitados y que paulatinamente se volverán más caros. Las máquinas son un recurso que sólo es rentable en la medida en que haya un mercado de personas que no viva en condiciones de subsistencia básica, sino que tengan suficiente poder adquisitivo para comprar los dispositivos tecnológicos. Así, si la máquina desplaza a las personas en su trabajo, ¿cómo se van a ganar el salario las personas? Y si las personas no tienen dinero ¿Quién va a comprar lo que producen las máquinas? Por lo tanto, es poco viable ese escenario futuro.
Emular el talento
Final Fantasy -The Spirits Within-
Aki Ross, primera actriz digital. Creada por Squaresoft para esta película. |
Pero el impacto de la automatización también es presentado por los amantes de la ciencia ficción como el posible reemplazo del talento humano. ¿Puede el artista ser desplazado?
En la actualidad, cuando usted contrata un actor, usted ya tiene a una persona con una apariencia física, una forma de moverse, una forma de gesticular, y una voz. Pero eso no basta. Necesita aprender acerca de cuando y como hacerlo.
Pero cuando usted tiene un actor digital, usted sólo tiene una apariencia física y las palancas para moverlo. Las manos y el rostro deben ser trabajados por el animador, que reemplaza al actor. Don Bluth, quien fuera miembro del equipo original de animación de Walt Disney, y que lideró los proyectos de “Anastasia” y “Titán A.E.”, señala que el animador debe ser un buen actor, porque será él quien le dará el carácter al personaje.
En materia de posturas y acciones, para el actor digital, se necesita de la industria de la captura de movimiento (“motion capture”, también conocido como “MoCap”). La voz es proveída generalmente por profesionales del doblaje o con habilidades en locución. Es decir, para desplazar a un actor, usted necesita de al menos 3 personas.
¿Por qué alguien querría desplazar al actor? Para no depender de él, para no pagar sus caprichos. Pero ¿acaso puede emularse el talento y las destrezas artísticas de un actor de verdad?
El animador japonés Kaisei Kishi, opina que el actor digital podría ser utilizado más ampliamente en el futuro, y que la inteligencia artificial será aplicada a estos actores 3D. Sin embargo, considera que el actor real no desaparecerá, pues el actor 3D seguirá las mismas etapas de evolución que han seguido los robots.
El talento no es nada más y nada menos que la habilidad de crear e interpretar y de proyectar la transtextualidad de la inspiración, y mientras las computadoras no sean capaces de lograrlo por sí mismas, entonces se necesitará de la intervención humana.
Administración del talento
SDR-4X, también conocido como QRIO en su versión comercial, tiene la capacidad de aprender a levantarse por si solo, realizar bailes complejos, reconocer figuras y trasmitir lo aprendido a otros modelos similares. |
Cuando se habla de talento en la industria del entretenimiento, se observa que se siguen los principios de la administración tradicional para dirigir esta actividad. Sin embargo, conforme dicha industria comienza a llenarse de esta clase de propuestas heredadas de la revolución industrial, donde el empleado es un recurso, humano pero recurso (como un repuesto que es descartable y reemplazable), y los clientes son un mal necesario para hacer dinero, las personas comienzan a ser secundarias bajo una visión maquinocéntrica y deshumanizada. La falta de destrezas y habilidades en una obra de entretenimiento generalmente tienen un impacto sobre los negocios, porque se afecta la calidad del entretenimiento, una calidad que no es repetible ni tangible para el que no entiende de talento.
Hace un tiempo la novedad fue el uso intensivo de efectos visuales o sonoros digitales y la gente pagaba por verlos, aunque no tuviesen una buena trama, aunque las actuaciones fuesen deficientes, aunque la obra fuese aburrida. Pero como toda moda pasa, en el momento en que termina, la burbuja se rompe.
Contrario a otros negocios, las recetas no repiten su éxito en el arte.
La renovación de propuestas en el arte es lo que mantiene arriba a esa industria.
Por eso los refritos gozan de una pobre reputación.
Un gerente que no sea consumidor de entretenimiento no puede entender su negocio.
Un ejecutivo de la industria de juegos debe dedicar menos tiempo a jugar golf y más tiempo a los juegos de video, contrario a la práctica común.
La administración en la industria artística es un negocio de administrar talentos, no máquinas.
Usted no puede sustituir a un Steven Spielberg, a un Picasso, a un Walt Disney. En cambio una máquina puede ser reemplazada, sus partes pueden ser cambiadas. Esta diferencia obliga a un enfoque antropocéntrico de la administración. Un enfoque que hoy no existe.
Empresas de entretenimiento han tenido una serie de fiascos financieros y malas experiencias. Disney tuvo un traspié con El Álamo. Sierra cerró sus puertas. Atari y EA fueron castigadas por Wall Street, y en el momento de dar declaraciones, se indicó que “el mercado ha estado teniendo un bajo desempeño”. Estos comentarios suscitaron reacciones ácidas del público, donde se interpretaba que ahora el cliente es el que tiene bajo desempeño, y no la empresa o su gerencia. Es decir, el cliente se convierte en mal necesario, y no se está adaptando a las necesidades de la compañía. Esta visión sería la óptima hace 50 años, pero ya no. Estas compañías no habían sacado un producto decente en meses, y ello se reflejó en las ventas. Los clientes ya no consideran un privilegio hacer tratos con una empresa.
La muerte de la industria del entretenimiento generalmente viene precedida de un enfoque de administración maquinocéntrica, en un mundo de clientes que ya no consumen basura. El problema no es la falta de talento, sino la falta de oportunidades para que la gente talentosa se manifieste. El exceso de enfoque financiero en los proyectos de entretenimiento hace que el concepto de calidad quede relegado a un segundo plano. Muchas empresas buscan la manera de deshacerse del ser humano y colocar una máquina en su lugar. Es más fácil comprar un repuesto que tratar con personas. En la industria del arte, este enfoque demuestra ser la perdición financiera.
Reemplazar el talento
Pero aún queda la interrogante ¿puede reemplazarse el talento?
Al menos no con una máquina. Hoy las máquinas son herramientas y no sustitutos. Hoy un teclado electrónico puede sonar igual que un piano, pero no es un piano. En un concierto, un teclado no tiene la misma presencia que un piano de cola. El acabado visual del arte digital es mucho más refinado que muchos trabajos a mano. Pero no es un sustituto del artista, sólo del pincel. Y para los coleccionistas, el arte digital tiene menos valor que las obras con pincel.
Los robot producidos por Toyota , fueron creados con la intención de reemplazar el personal humano en plantas de producción |
Las herramientas de animación digital permiten representar lo que antes era imposible. Sólo el imposible es reemplazado. ¿Quién puede decir si un Gollum se ve real o no? ¿Acaso existen los Gollum como para comparar? Los especialistas en efectos visuales sostienen que para que se vea real, debe ser real. Los efectos digitales son buenos para complementar, no para tener protagonismo visual.
El talento en arte digital se muestra cuando el efecto en computadora pasa inadvertido al observador. De allí que la película checoslovaca “Tmavomodrý Svet” (Dark Blue World) del director Jan Sverak, usara miniaturas en lugar de modelos digitales en las escenas de combate aéreo. La computadora aún no reemplaza ni siquiera a los modelos inanimados. Para reemplazar al músico hay que digitalizar todos los posibles sonidos de un instrumento y luego reproducir las características de interpretación asociadas a volumen y duración de las notas, incluyendo las muestras de sonido correctas. De lo contrario suena como la música de un robot. Las muestras de sonido de alta calidad y las herramientas para crear son muy caras, por lo que muchas veces no resulta costo-efectivo usar el medio digital en vez de músicos de verdad. La síntesis de sonidos aún no logra emular la realidad. Aún no se puede crear un cantante digital. No se puede imitar su modulación de voz.
Ni siquiera el reloj digital ha logrado desplazar completamente al reloj de manecillas.
La máquina cada vez tiene más problemas para desplazar al ser humano, conforme la complejidad de las tareas aumenta. El excesivo enfoque maquinocéntrico en lugar del antropocentrismo en la administración, deshumaniza a las personas. La deshumanización no reside en la máquina, sino en los individuos. Pero esta tendencia tiene visos de fracaso a futuro. La deshumanización en tiempos de la revolución industrial generó negocios. Hoy la deshumanización destruye negocios. El talento no puede ser desplazado aún. Y la inadecuada administración del talento es nociva para la economía y el bolsillo de las compañías.
El antropocentrismo, la humanización, parece ser la ruta para lograr mejores negocios. Volverse cada vez más humano parece ser rentable.
La gente tendrá que volverse más humana, si no por convicción, al menos por conveniencia.